jueves, 15 de noviembre de 2007

El mar, idiota, el mar, :)



La brisa mueve tu pelo en una tarde de verano (nos falta el calor y el sol, que ya se escondió tras las nubes), y el mar te cuenta sus historias con las olas que vienen de tan lejos.

Te miro y no me hace falta hablarte, flotas como el horizonte y te conviertes en infinita con él. Podría acercarme a ti, tocarte, abrazarte, pero te siento como la arena fina que se escapa entre los dedos. Y me gusta así. Te veo sin que me veas. Y no quiero romper esa magia. Te veo como si estuvieses lejos... y a la vez así, tan cerca.

Respiras hondo y yo sonrío. Ahora ya no llueve y pienso que ojalá aguante así, que ya nos mojamos bastante antes.

Tus ojos se mueven, ven esa nube con forma de hipopótamo, la otra de cocodrilo. Te das vuelta:

- ¡Qué callado estás! A ver si te vas a quedar dormido.

- No, qué va... ¿Qué tal?

- Guay

Yo sonrío sin que me veas y te dejo volver a ser infinita, mirando la orilla y el reflejo de la luz que poco a poco se apaga, oyendo las historias de ese mar que intenta conquistarte, y las olas que van y vienen, como un péndulo... y flotas allí, sobre el horizonte.

No hay comentarios: