miércoles, 12 de diciembre de 2007

It's the end of the world as we know it ("es el fin del mundo como lo conocemos" canción de REM)



Cuarto de noviembre. Angustia. Llueve. La cama sin hacer, la ropa por el suelo. Con la deliberada insuficiencia de un gesto el mundo acabó dos veces, una al cerrarse el libro por un golpe de viento sin tener la página marcada, la otra... la otra fue como un trueno, como un disparo, como la primera noticia de un hecho impresionante.

Sin embargo, ahora que el mundo se volvió loco y que todo fluye de un extremo a otro incontenible, desvelar un secreto que aflige equivale casi a los estúpidos comentarios de una cabra en sus diversos estados mentales, incluso cuando la cabra no tiene nada que decir, por eso no tiene sentido contarlo, y por ello dejaré que el mundo acabe con la parsimonia aparente del agua mansa que fluye.

Y aún así, al igual que los polos se atraen, todo tiene su contrapartida, y sé por ello que el Sol algún día secará la lluvia que borrará los recuerdos de encima de estas rocas... Menos mal que se me ocurrió apuntarlo, por si acaso. Que no se nos olvide. Mi secreto. Un recuerdo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la ley del tiempo te devolvera los recuerdos desnudos y sin prejuicios.. .infinitamente***